¿Recuerdan cuando en plena crisis, pos caída en segunda rueda de Rusia 2018, el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, hablaba de sondear a los mejores técnicos que trabajan en el exterior y de convocar a sabios locales como César Menotti, Carlos Bilardo y José Pekerman para evaluar así entre todos cuál sería el mejor camino a seguir y reconstruir una nueva etapa en la selección de fútbol de Argentina? Ni siquiera hubo un café con ellos. Ni siquiera una foto. Es cierto. Es la misma conducción de la AFA que, cuando contrató a Jorge Sampaoli, afirmó que se trataba del inicio de un ciclo a largo plazo, que no se dejaría influir por lo que sucediera en Rusia 2018, porque su objetivo real era Qatar 2022. No es difícil imaginar por qué razón Diego Simeone, Mauricio Pochettino, Tata Martino miren con desconfianza dirigir a la Selección.
Lionel Scaloni, que seguramente será confirmado el jueves como técnico de la selección, una vez pasada la locura Superclásica, estudió en España para ser DT, mostró temple, sencillez, se animó a cambiar y a mezclar jugadores, tiene empatía con el plantel, amistad con Leo Messi, fue campeón Sub 20 con Pekerman, vivió Alemania 2006 como jugador y Rusia 2018 como parte del cuerpo técnico y…los resultados se le dieron. Fueron seis partidos (amistosos, todos amistosos, Guatemala e Irak incluidos): cuatro victorias, un empate y una única derrota en el último minuto contra Brasil, 11 goles a favor y apenas uno en contra. Curioso que la confirmación haya llegado después de un doble triunfo ante una selección casi C de México y con un DT claramente más interino que el propio Scaloni (el brasileño Tuca Ferretti que seguramente será reemplazado por Martino). Y curioso que el nuevo DT sea quien llegó último al cuerpo técnico de Sampaoli, para cumplir funciones más que secundarias tras un pedido familiar, y sea el que quede cuando casi todos se fueron.
“Scaloni no tiene la culpa de estar ahí. El problema es que se crea técnico y quiera ir al Mundial. Puede ir, pero al Mundial de motociclismo, de fútbol no”. Diego Maradona, de inesperado gran momento en México, suele ser impiadoso cuando algo no le gusta. El problema no es la edad (40 años, Menotti tenía 34 cuando asumió en 1974). Es la trayectoria. No se trata de un DT que formó parte histórica de selecciones juveniles. O que, aún inexperto o todavía joven en la función, haya mostrado un interesante sello propio. Scaloni, eso sí, será mucho más barato para una AFA que todavía paga indemnizaciones (Martino, Edgardo Bauza y Sampaoli). Y puede ser maleable cuando Boca y River, como ya lo hicieron, no quieran ceder jugadores. Su contratación, escribió el colega Christian Grosso en La Nación, “es una derrota estructural”. La AFA no eligió un proyecto. Eligió al DT que sintió tener más a mano. Tanto que, a partir del 19 de enero, debería debutar en el Sudamericano Sub 20. Un cargo ahora en duda. Un inicio que ya pinta mal.
El cierre de la Selección de 2018, eso sí, avisó ya rápido que no siempre escoba nueva barre bien. Fue evidente la decisión de mostrar a un equipo abierto con la gente, jugando en el interior, visitando hospitales y con discursos de unión y buena onda. Claro contraste con el grupo anterior más cerrado y de excesivo bajo perfil (sello Messi). El problema fue que, después de completar siete partidos sin poder marcar un gol, Mauro Icardi, que sí pudo hacerlo finalmente contra México, se fue de boca. “Antes -dijo Icardi-, no había tanto compañerismo ni tanta amistad”. Sonó tan oportunista que pareció darle la razón a ciertos rumores que buscaban justificar su exclusión de Rusia. Que no se referían exactamente al tema Maxi López. Pero sí a su exhibicionismo. Inter lo eligió como su capitán. No parece el mejor liderazgo para la selección.
Messi, sabemos, es un hombre de costumbres. Mismo club, misma mujer. Perfil más que bajo. ¿Cómo será su vuelta -si sucede- a una Selección casi totalmente nueva? Si llega, ojalá sea una vuelta porque él quiere y no porque lo necesite el negocio. En sus silencios, “Lio” es de decisiones firmes. Rechazó ofertas millonarias para irse a jugar a otro lado. Es probable que, en ese bajo perfil, le haya caído mal el retiro (parcial) de la camiseta número 10 de Argentina, decisión de Scaloni. Es probable que hasta pueda naturalizar su distancia y no sea solo la camiseta 10 la que siga faltándole a la Selección hasta quién sabe cuándo. Ayer jugaron Atlético Madrid-Barcelona. Simeone vs. Messi. Lejos, cada vez más lejos, de la Selección.